lunes, 31 de diciembre de 2012

Esto está un poco muerto...¿no?

Es lo que pasa cuando llegan las vacaciones, nos quedamos algo secos de historias para contar. Y así va el Blog, que nos van a salir las visitas negativas de la poca cuenta que le hemos prestado estos días.

Bueno, como es 31 de Diciembre, quedaría bonita una última entrada del año, y intentar darle algo de vida a esta cosa. Así que os voy a soltar aquí mi discurso navideño, antes de que termine el año, porque para algo me pertenece la sexta parte de las acciones de este sitio.

A quien se le apetezca leer, ya saber, que continúe el fin de año en aBOHRridos.

Buenas noches y feliz navidad a todos. Al otro lado del monitor os escribe Mike, que antes de ponerse el traje para la gran y última cena de este año se le apetece soltaros una pequeña reflexión de mi ajetreado año.

Como toda historia, la mía tiene un principio. Hace justamente un año, que casualidad oye, estaba deseoso de terminar el duro mes de Enero y empezar mi segundo cuatrimestre en Arquitectura. A día de hoy... esto...  ya no estoy ni en la carrera. Sí, ese es el cambio más grande que ha dado mi vida, supongo. Cambié las vigas y las maquetas absurdas por la Química.

Recuerdo que comencé el año con 14 dibujos sobre mi mesa, de los que no aprobé ninguno. Una asignatura suspensa. Las semanas posteriores de mi vida, prácticamente todo el mes de Enero, los dediqué a la dura asignatura de Proyectos. ¡Trabajamos una barbaridad! Grandes ideas, recorriendo todos los lugares de Sevilla, días y días de mínimo descanso... ¡un dossier de 25 páginas y una maqueta a escala! Brillante, pero suspendí. No les gusto la maqueta, hijos de puta. Y ya iban dos.
Y para rematar, examen de Construcción. En la mesa había...¿200?, ¿300 folios?. Noche antes del examen y sin haber comenzado a estudiar, porque mis dos suspensos me absorbieron demasiado tiempo. Pero esa noche en vela fue genial: 3 amigos, 6 mantas y 3 litros de Monster. Os prometo que contaré la historia, porque fue una noche épica. Por cierto, suspendí también.

Decidí que el nuevo cuatrimestre clavaría los codos hasta que doliera, y las cosas irían mejor. Que ironía que acabara largándome de aquel sitio. Comencé a comerme asignaturas como Pac-man se come todas las pelotitas esas del juego, y escapaba de los profesores como él de los fantasmas. Para Marzo ya había abandonado dos, y para Abril otra más. Acabé cursando una, y puedo decir que la aprobé por lo menos. Lo mejor de esos cuatro meses fue, sin duda, la mejor maqueta que haré en toda mi vida, y con la que recibimos por primera vez los elogios de un profesor de Proyectos:

Maqueta Casa Varsavsky, en Madrid. Su dueño se cree el amo del mundo. Maldito gilipollas.

Y así llegó verano y mi cambio a Química.
Ahora viene la parte ñoña, y es que estoy escribiendo aquí para mis químicos. 
No es fácil asumir estas cosas, por lo menos para mi. Recuerdo que estaba acojonadísimo, y también recuerdo que alguien me dijo que no temiera, que esto podía ser lo mejor que me pasara en la vida. 
Pues bueno, puede que esa persona tenga razón hoy. La verdad, puedo decir que estoy a gusto donde estoy, y que gran parte de eso se lo debo a las magníficas personas que he conocido en estos últimos meses.
¡Va por vosotros, químicos! Por las cinco bestiales personas que forman parte también de este blog, por el resto de la fantástica clase (que espero que nos lea, que diablos) del grupo A y por varias personitas del grupo B que me han sacado más de una sonrisa. No doy nombres, que sois demasiados y como se me pase uno me la cargo y os enfadáis.

Si algo me ha quedado claro es que a la vida hay que echarle algo de morro, y comerse la vergüenza  Porque si tú no eres capaz de dejarla a un lado será la vida la que te coma a ti. Y si no, pensemos un poco: con unos harapos rojos y un poco menos de vergüenza, ocho Papa Noel acabaron dando chuches en la facultad. Y ese día fue, realmente, épico. Para el año que viene espero que haya algún que otro más dispuesto a repartir alegría navideña.

Paso de seguir escribiendo, porque el traje me está llamando desde el armario, "ponte traje...". A nivel personal ha sido un año de altibajos, como debe ser. Porque no existe la perfección, ni todo es malo. Debo darle las gracias a un par de personas más, pero eso no será ahora. 

Y nada, el que haya leido esto... ¡Felicidades! Eres un/a valiente. Os suelto una última foto, química como debe ser...

...y nada, nos seguimos leyendo el año que viene, y con más quimipolleces desde este Blog.

Si os ha gustado, recomendadme a vuestro amigos...¡pero sobre todo a vuestras amigas!
Un abrazo, y Feliz 2013 a todos.
¡Gracias!


1 comentario:

  1. Que grande el Felices Fiestas hecho con los elementos químicos XD

    ResponderEliminar