domingo, 23 de febrero de 2014

Un cumpleaños al borde de la legalidad

Queridos lectores, en nuestro repaso a los últimos meses hoy hemos pensado en contaros todo el ajetreo que supuso preparar el cumpleaños de nuestro camarillero Rubén. Y es que, aunque no lo parezca, hay bastante que contar.

Ya os habíamos dicho que, por momentos, parecía que todo se iba al carajo el mismo día del cumpleaños, pero desde luego los días anteriores tampoco fueron una maravilla respecto a este tema. Planes que fallaron, ideas que no llegaban a buen puerto... y problemas con el aspecto legal de varios planes. Vamos, que aquí vienen buenas risas.

Acomodarse frente a la pantalla porque vais a conocer todo lo que hay tras las cámaras aquí, en aBOHRridos:

Quedaban aún dos semanas, pero ya le estábamos dando vueltas a lo que podíamos hacer para darle a nuestro amigo una buena sorpresa. Tras las prácticas de la tarde, en las que curiosamente el único que no formaba parte de nuestro grupo era Rubén, nos sacábamos unas latas de Coca-Cola y pillábamos un banco donde hablar de qué podíamos prepararle al chaval. Así Peter consiguió una lata con su nombre...

No eran solo estos momentos los que aprovechábamos, aunque sí los más significativos. Descansos entre horas de estudio o almuerzos también nos llevaban al mismo tema de conversación, y es que la única idea que teníamos es que había que pensar algo retorcido para nuestro amigo.

La primera idea fue alquilar una limusina y recogerlo en su casa, contando con la idea de quedar con él para pasar la tarde, cosa que como ya sabéis no sucedió. Así, Dani tanteó el terreno para averiguar los planes de Rubén para su día especial, pero no soltaba prenda. Tras preguntar, la limusina se nos alejaba muchísimo del presupuesto, y Javi propuso alquilar una "bici de esas del parque para varios", pero tampoco llegó a salir adelante. Una pena, pintaba gracioso...

Los planes se venían abajo en seguida, así que decidimos ponernos serios y llegar a algo definitivo. Una tarde de CRAI se convirtió en la escusa perfecta, y empezamos a proponer ideas e ideas con las que asustar a nuestro amigo. Siéndonos sinceros, el objetivo era ser cabrones con él, desde el cariño. Os hacemos una lista de ideas:
1. Secuestrarlo. Así, por las buenas, pillarlo en mitad de la calle y meterlo en un taxi. Que se asustara hasta reventar. Pero encontramos un problema legal cuando nos dimos cuenta de que pagar un taxi para un secuestro en mitad de la Avenida de la Constitución podía suponer un marrón...
2. Secuestrarlo, pero sin taxi. En el coche de Mike por ejemplo, la idea era la misma. Pero llegábamos al mismo problema, lo de secuestrar a un tío en mitad de la calle podía llamar la atención de los peatones, y llamadas a la policía. Además Rubén conocía el coche.
3. Cogerlo en mitad de la calle y hacerle pasar un mal rato. Tirarle al suelo, golpearle un poco e, incluso, bajarle los pantalones. La idea era que sufriera un poquito, para cobrarnos alguna de las suyas, y cuando soltase alguna lágrima ponerle unas velitas delante y cantarle el cumpleaños feliz. Pero, claro, lo de empezar a apalear a un muchacho en mitad de la calle también iba a llamar la atención, y decirle a la gente que no se preocupase no iba a colar. Y ya explicarle a la policía que era una broma era colarse...
4. Que viera morir a su amigo. Vale, esto ya se nos iba de las manos, pero estaba currado. Japy pensaba irse a dar una vuelta con él y, de repente, viniendo de la nada, un encapuchado apuñalaba a nuestro barbitas. El asesino, llámese Daniel, amenazaría a Rubén y saldría corriendo mientras Japy se desangraba en el suelo, evidentemente era una cartón de vino lo que habían apuñalado, o algo así... pero bueno, que tenía que asustarse. Los numerosos problemas se basaban en que Rubén pusiera peros al plan, o asustar a alguna persona que estuviera por la escena del crimen. Incluso la idea de que un anónimo que estuviera por allí hiciera el super héroe y persiguiera a Daniel nos echó atrás el plan.

Al final, tras superar toda esta fase, llegamos a una idea que no suponía problemas legales tan serios. Comprar unas esposas y que algún desconocido tuviera que soportar ir encadenado a nuestro amigo. La idea se basaba en emborrachar a Rubén, por el tema de la posible resistencia, y esposarlo a algún desconocido en mitad de Sevilla, a poder ser una chica que obligara al resto de su pandilla a unirse a la fiesta. Ideas de Pedro, ejem...

Noche en casa de Japy, cumpleaños sorpresa y posteriormente salir a los bares sevillanos. Hablamos con Laura y Lola para que se apuntasen al plan, y bueno... comenzó la búsqueda de las esposas. Mike, Pedro y Japy rebuscaron por toda Reina Mercedes y las calles cercanas, pero no tuvimos suerte. Preguntamos en los chinos, pero los asiáticos no nos entendían...

Al final Don Javier Gámez, ex-subdelegado, visitó una SexShop para comprar unas esposas que utilizar. Encontró las esposas, pero el dependiente quiso convencerle de que comprara algo más. "Tengo un juego completo con esposas, antifaz y látigo" le dijo, pero nuestro aventurero amigo negó amablemente la propuesta, y se llevó unas esposas serias y "sin pelitos" porque imponían más para gastar la broma. Aún se le debe el dinero, por cierto.

Las esposas. El gran regalo de la noche.
Daniel se encargó personalmente de comprar la jarra de Juego de Tronos, y bueno, superado este bache ya solo consistía en que Rubén se presentase en casa de Japy esa noche, pero claro... sonaba demasiado bonito. Y es que las horas previas fueron una verdadera agonía para todos, Japy no dejaba de pedirle a Rubén que se pasara por el piso, que harían algún plan, tomar algo... y prácticamente hasta las 5 de la tarde no se pudo confirmar el plan.

Para entonces habían intervenido habían intervenido Mike y Dani principalmente hablando con el resto de la pandilla y terceros, para conseguir que todo acabara en buen puerto. A las 6 de la tarde nos presentamos en casa de Japy, más o menos, para comenzar el preparativo.

¿Se imaginan a este grandísimo personaje con antifaz y látigo?
En la cocina nuestros dos cheff se pusieron manos a la obra, con ayuda de Laura y Lola principalmente, para preparar una gran cantidad de macarrones y revuelto. La compra la llevaron a cabo Mike, Pedro y las dos chicas anteriormente mencionadas, mientras en casa iban lavandose las manos.

Los fogones ya estaban en marcha, y Mike, Pedro y Javi planeaban como darle la primera sorpresa a Rubén. De ahí nació, tras varias ideas, lo que ya habéis visto, ese teatro con cumpleaños feliz. Vídeos y tal cierran esta entrada, os prometemos risas a través de las cámaras. También instalamos la vigilancia en el balcón, para cuando Rubén bajara del autobus estar todos listo.



Por cierto, un pequeño detalle para el siguiente vídeo. Tras hacer la compra, al llamar al telefonillo Pedro contestó al "¿quién es?" de Japy un "Soy yo, Rubén". Eso hizo que los cocineros y Javi se comenzarán a preocupar, pensando que si realmente era él los pillaba con las manos en la masa...



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