lunes, 21 de octubre de 2013

Simulacro

Después de unas semanas de inactividad fruto de adaptarse de nuevo al mundo universitario, a los estudios, a los seminarios y a las estúpidas prácticas... ¡parece que todo vuelve a la normalidad! Y hoy os traemos otra de esas Quimisalidas y proporcionan alguna que otra sonrisa...

La cosa está en que la Camarilla 2.0 de este año no salió al completo, faltaría menos, hay costumbres que nunca se pierden. Pero la cosa estuvo, aún así, bastante entretenida y algo precavida, puesto que la mañana del sábado estaba destinada a un intenso seminario de química física.

Pero, si os parece bien, dejamos los preliminares y vamos a lo importante aquí, en aBOHRridos:

Casi un mes de parón, ¡impresionante!, pero es hora de volver a la senda de las buenas historias, y os traemos la primera de este nuevo curso. Un viernes noche algo más tranquilo de lo que es habitual por este lugar, con barbacoa, risas, gente y algo de alcohol. Aunque no podíamos contar con un Peter en Arahal y Japy de campeonato...

Habíamos quedado a las ocho de la tarde frente a la Facultad de Derecho para poner rumbo a casa de la señorita Limones, quien nos acogía esta noche. Mike llegó, minutos tarde, al encuentro con Dani y ya solo quedaba Adri, que no sabíamos por donde andaba. Tras un par de mensajes descubrimos que Adri había confundido, convencido de su idea, que Facultad de Derecho = Rectorado, y estaba allí esperándonos llegar. Así pasó un rato de charla mientras la espera de un atleta que tardaba más de lo calculado.

Los tres juntos echaron a andar cuando, en un paso de peatones y desde la nada apareció Rubén. Continuamos nuestro camino, llegamos a casa de Elena y nos asentamos. Pasamos allí el rato hablando, con la tele de fondo, recordando viejos juegos... muchas cosas. Preparamos la primera tanda para cenar. Iba a ser una barbacoa, pero se quedó en una plancha, que le vamos a hacer. Mike y Rubén cortaban pan, Dani y Elena se encargaban de la carne, Adri de poner la mesa... o se turnaban. Lo más difícil fue desde luego encontrar el mantel, y eso que estaba en el primer cajón.

Al final no fuimos tantos como esperábamos: Pilar no puedo venir, Davinia se echó atras, lo que por cierto dio lugar a una seria conversación por cabreos con Mike y Dani...ejem... Llegamos a contar hasta trece invitados, y al final eramos cinco por el momento.

Pasado el rato al fin apareció Yeyo, y tuvimos que preparar otra tanda de comida mientras acordábamos a donde salir después todos. Acompañados por música pasaron momentos un tanto absurdos, y tenemos una foto que lo resume a la perfección. Rubén cambió el nombre su nombre de contacto en el móvil de Mike, ahora es "Aa Rubencito el Mejor". Tras recogerlo todo y hacer alguna llamada de teléfono quedamos con otra multitud en la Alfalfa, y aquí empezó nuestra caminata desde Viapol.

Extraña foto, ¿verdad? Pues si la miráis al revés es peor aún. 
Desde Viapol a la Alfalfa... ¿Cuánto se puede tardar? Decidimos callejear para intentar recortar camino, cantando por el trayecto por supuesto. Entre calle y calle cruzamos el Callejón Diagon; Yeyo golpeando los ladrillos correctos mientras un segurata a nuestro lado lo observaba con una cara interrogante. Más llamadas de teléfono, Mike silbando Harry Potter, Rubén cantando "El Rey y yo"... cuarenta minutos andando para llegar a una Alfalfa plagada de gente.


Allí se encontraron amigos de Mike, a los que vamos a mencionar por supuesto: Eva, Belén, Alex, Marta y a la que conoceremos a partir de hoy como Carmen Calcetines. Vueltas y vueltas por la Alfalfa, todo estaba a rebosar de gente, y nos costó tomar una decisión, aunque los presentes se iban conociendo o reencontrando, según el caso. Finalmente y a codazos entramos en el Blues para volver a pedir esas jarras de chupitos que deberían hacerse más habituales en el Blog.

Fue Yeyo quien se encargó de elegir, y su primera elección fue un rotundo fracaso, aunque entró en el cuerpo de la misma forma, porque lo pagado hay que beberlo. Cracovia era el nombre elegido, una mezcla de vodka, whisky, licor43, naranja y granadina que sabía más bien a colonia. Marta aguantó solo dos chupitos, el resto de los invitados, es decir; Dani, Mike, Yeyo, Carmen, Eva y Adri pudieron con lo que restaba.

Para la segunda jarra hubo un mayor conflicto, y gente que no estaba dispuesta a beber. Yeyo quería pedir lo que se conocía en el bar como Sevilla, que para informar, contiene cointreau, brandy, licor43, piña, cava, nata y canela, pero no pudo ser. Otra vez caerá, seguro, y contaremos por aquí la experiencia. Pero bueno, tras la discusión al final pagamos por un litro de Fuego (Vodka, tequila, ron, melocotón, naranja y granadina) que sabía muy dulce.

Ahí están los chupitos de Fuegos y nuestras ganas deseosas de beber
Numerosos brindis, apoyar el vaso, y pa' dentro. Parte de la compañía ya nos había dejado, y tras llegar al fondo de la jarra nosotros también pusimos rumbo a casa con la intención de coger el último metro. Íbamos andando camino a Puerta Jerez en pequeños grupos, Carmen ya tenía los calcetines de poder, porque no aguantaba más tiempo con sus tacones. Unos cantaban, otros charlaban... y en el metro nos despedimos. Y con esto... parece que la historia se acaba... por el momento...

Y disculpen la falta de historias, pero la mejor forma de solucionarlo son más quedadas ;)

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